Minimalismo y Vida con Propósito: Nuestra Experiencia de Vida
Únete a nuestra historia de mudanzas entre Santo Domingo y Nueva York y cómo abrazar el minimalismo y una vida con propósito ha transformado nuestra vida. Aprende cómo menos cosas pueden llevarte a más felicidad, claridad mental y ahorro, mientras te enfocas en lo que realmente importa: las relaciones y experiencias significativas.
Nuestra Historia de Mudanzas
Si me sigues en redes sociales, te habrás dado cuenta que nos estamos mudando NUEVAMENTE. Luego de casi tres largos años en New York (que han parecido interminables por las tantas cosas que hemos vivido en este período de tiempo), regresamos a nuestra casa: República Dominicana. Y claro, quiero compartir contigo algo que ha cambiado nuestra vida de una manera que nunca imaginé: el minimalismo y la vida con propósito. Este viaje apenas está comenzando, pero ya ha transformado tanto nuestra perspectiva como nuestra realidad diaria. ¿Recuerdas todas las mudanzas que hemos tenido entre Santo Domingo y Nueva York? Bueno, esas experiencias nos enseñaron mucho sobre lo que realmente importa.
Desde que decidimos mudarnos a Nueva York en el 2021 persiguiendo una esperanza para mi hijo Rodrigo que fue diagnosticado con Distrofia Muscular de Duchenne, hemos tenido que dejar atrás muchas cosas materiales. Y cuando digo muchas, son MUCHAS. Nos mudamos tres veces dentro de la ciudad, y con cada mudanza, perdíamos más y más cosas. Desde toda nuestra ropa, los juguetes de mis hijos, hasta nuestras camas. Hemos sacrificado nuestro espacio personal, pasando de vivir en un apartamento de tres habitaciones, a vivir los tres en una sola habitación, sin sala, ni espacio para “estirar las piernas”. No puedo negar que al principio, era doloroso ver cómo nuestras posesiones se reducían con cada cambio de hogar. Pero, ¿sabes qué? Empezamos a darnos cuenta de que no eran esas cosas las que nos hacían felices.
Descubriendo el Minimalismo
Fue en medio de todo este caos de mudanzas y pérdidas materiales que descubrimos el minimalismo. Empezamos a leer sobre cómo la gente vivía con menos, enfocándose en lo esencial, y nos preguntamos si eso podría ser lo que necesitábamos. Decidimos intentarlo y comenzamos a simplificar nuestras vidas, deshaciéndonos de lo que no necesitábamos y manteniendo solo lo que realmente nos aportaba alegría. Verdadera alegría.
Los Primeros Pasos hacia una Vida más Simple
La primera vez que nos sentamos a revisar nuestras cosas fue revelador. Teníamos tantas cosas que ni siquiera recordábamos tener. Empezamos a hacer preguntas simples: "¿Esto añade valor a nuestra vida?", "¿Realmente necesitamos esto?" Fue increíble ver cuánto podíamos dejar ir sin sentirnos menos, sino más ligeros y libres. Y me preguntarás: Claudia, ¿pero qué te da alegría a ti y a tus hijos? Cada quien tiene objetos que les alegran el día. En mi caso son los libros, mis materiales de arte y herramientas de fotografía. A mis hijos, sus libros, materiales de arte y algunos juguetes. Supongo que esos objetos “medicina” como les llamo yo, varían de familia a familia, pues los intereses de cada quien varían tanto, incluso dentro de una misma familia. Mi hija Mia está más orientada al arte y los deportes, le encanta moverse y montar su skateboard. Mientras que Rodrigo es fan de los videojuegos, y el arte y materiales de ciencia y tecnología.
Redescubriendo lo Esencial
Con cada cosa que soltábamos, nos dábamos cuenta de que estábamos más conectados con lo que realmente importaba: nosotros mismos y nuestras relaciones. Ya no estábamos tan ocupados cuidando nuestras cosas, y teníamos más tiempo para nosotros, para nuestros hijos, y para las experiencias que realmente nos llenaban de alegría.
Menos Cosas, Más Vida
A medida que avanzábamos en este camino, descubrimos varios beneficios del minimalismo:
Menos Estrés: Al tener menos cosas, había menos que organizar y limpiar, lo que redujo mucho nuestro estrés diario. Incluso a la hora de vestir, se hace mucho más fácil elegir qué prendas utilizar cuando hay menos opciones. En mi caso, utilizo desde ya hace mucho un vestuario minimalista: camisetas/camisas blancas, jeans, y mis zapatos converse, o sandalias en los días de mucho calor.
Más Ahorro: Dejamos de gastar en cosas innecesarias y empezamos a invertir en experiencias, como viajes y actividades familiares.
Mayor Claridad Mental: Un hogar más ordenado nos dio una mente más clara y enfocada, mejorando nuestra productividad y nuestra capacidad para disfrutar el presente.
Contribución a la Sostenibilidad: Consumir menos también nos hizo más conscientes de nuestro impacto en el planeta, lo que nos hizo sentir bien al estar haciendo nuestra parte para cuidar el medio ambiente.
Vivir con Propósito
Junto con el minimalismo, empezamos a reflexionar sobre nuestro propósito. Queríamos que nuestras acciones diarias estuvieran alineadas con nuestros valores y metas. Nos dimos cuenta de que lo que más valorábamos era el tiempo en familia, las conexiones humanas y las experiencias enriquecedoras. Al vivir con propósito, nos sentimos más realizados y felices. Tener menos cosas, nos hace ponernos incluso creativos a la hora de soluciones de problemas. Por ejemplo, ¿por qué yo tenía 4 tijeras de cortar tela? ¿O varios juegos de vajillas? ¿Más de 4 juegos de vasos? Al final, ¿realmente utilizamos todo eso? O solo los compramos “por si acaso viene visita” o para suplir alguna herida abierta.
Cómo lo hacemos
Evaluación Continua: Regularmente revisamos nuestras posesiones y nos deshacemos de lo que ya no necesitamos.
Establecemos Prioridades: Nos enfocamos en lo que realmente importa para nosotros y decimos no a lo que no se alinea con nuestros valores.
Simplicidad en los Compromisos: Nos hemos vuelto más selectivos con nuestros compromisos sociales y laborales, priorizando nuestra paz y bienestar.
Práctica de la Gratitud: Agradecemos cada día por lo que tenemos y por las experiencias que podemos compartir juntos.
Vida Intencional: Tomamos decisiones conscientes sobre cómo usamos nuestro tiempo, energía y recursos, siempre alineados con nuestros propósitos.
Un Nuevo Comienzo
Quiero que sepas que este camino no siempre ha sido fácil, pero ha sido increíblemente liberador y gratificante. Hemos aprendido a valorar más nuestras relaciones, a encontrar alegría en las pequeñas cosas y a vivir de una manera que realmente nos hace felices.
Si alguna vez te has sentido abrumada por todas las cosas materiales o has sentido que algo falta a pesar de tener todo, te invito a considerar el minimalismo y una vida con propósito. A veces, menos realmente es más, y en la simplicidad encontramos una riqueza que no habíamos imaginado.
Gracias por ser parte de esta aventura con nosotros. Estoy emocionada por todo lo que aún está por venir y por compartirlo contigo.
Gracias por leerme, nos vemos en la próxima.
Claudia