13 cosas que he aprendido como madre soltera

Una vida caóticamente hermosa!

Aunque no siempre se nos da crédito o se nos reconoce como es debido, las madres solteras somos súper héroes de carne y hueso. Diariamente trabajamos para proveer para nuestros hijos, ya sea desde casa con nuestro emprendimiento, teniendo un trabajo part time o saliendo todo el día a trabajar en nuestro empleo de 9 a 5.  Cada día lidiamos con todo lo que se relaciona a nuestro hogar, literalmente dirigimos nuestras vidas y las de nuestros hijos con nuestras dos manos y con nuestro corazón completo.  Libramos sin darnos cuenta innumerables batallas y superamos retos nosotras solitas que están diseñados para realizarse o vencerlos entre dos.

Estas que voy a mencionar son cualidades que tenemos y ni cuenta nos damos, pues para nosotras salen naturalmente, como si se supusiera que ahí deberían estar, y no nos celebramos, no nos damos el crédito necesario o suficiente por realizar todas estas tareas de forma tan excepcional.

En el día de hoy quiero contarte 13 cosas que he aprendido (o mejorado) luego de convertirme en madre soltera, con las cuales sé que vas a identificarte.

 

1.     Soy cada día mas valiente

No es que antes de ser madre soltera no lo fuera, supongo que también tomaba decisiones y asumía retos. Pero después de volverme madre soltera todas las decisiones importantes las tomo yo, especialmente he tomado las riendas de mi vida y las vidas de mis hijos en mis manos y he asumido cada una de ellas con gracia, fe y valentía.

 

2.     Me he vuelto extra ingeniosa

No está de mas contarte que en este mundo de la soltería, a veces debemos sacar de abajo como decimos en mi pueblo, para resolver situaciones que se nos presentan. Nos volvemos pulpos con más compromisos de los que a veces podemos asumir, especialmente cuando tenemos más de un hijo, trabajo, debemos dirigir nuestro hogar, y hacerlo todo sin morir en el intento. Buscamos soluciones ingeniosas a veces a retos que se van presentando.

 

3.     (re) Conocí la resiliencia

Somos la definición de carne y hueso de la resiliencia. Al fin y al cabo, asumimos nuestro nuevo estatus social, este nuevo ROL (sí, con mayúscula) con nuestros amados hijos de la mano y con la frente en alto. No sin sentir dolor, porque a veces (y casi siempre diría) el proceso de separación y divorcio de quien muchas veces es el padre de nuestros hijos es DIFICIL, pero a pesar del dolor, y muchas veces de limitaciones económicas que trae consigo esa separación, hacemos lo mejor que podemos, dando mas del 100% en cada tarea que hacemos.

 

4.     Me volví la reina del multitasking

Aprendí a lidiar con más cosas de las que pensé que podría! Antes cuando estaba casada gran parte de mis compromisos económicos eran resueltos por quien era mi esposo, todo lo relacionado a mi vehículo, los compromisos de la casa y un largo etcétera. Y de un día al otro desperté y todo eso lo debí asumir yo, mientras me quedaba sin un hogar, sin un techo y con dos niños pequeños en brazos.

Aprendí a poder hacer cada cosa, por el simple impulso de ser una mejor madre para mis hijos, a cumplir con todos esos compromisos que no conocía y que ahora tenían mi nombre y apellido. No te diré que fue fácil pero lo logré y me siento orgullosa. Comencé a ejerces los roles que debían ser entre dos, y todas esas tareas que antes debía dividir pues ahora recaían sobre mis hombros, así que picheo, bateo, y soy el cátcher.

 

5.     Pero también soy mas flexible

Mientras más cosas tenemos mas queremos asumir. Yo encontré finalmente mi limite y aprendí cuando parar y cuando ser flexible y no dejar que esa voz del perfeccionismo quiera apoderarse de mí y de mi hogar. No siempre tenemos que ser perfectas y se vale también ser flexibles con nosotras mismas.

 

6.     He aprendido a confiar en mi

Confiar en mí y en mi instinto de madre. Repetirme diariamente tú puedes Claudia! Yo misma tengo a veces que darme ánimo, y callar esas voces (que muchas veces me gritan) que me repiten que no soy suficiente, que no puedo con todo, que me dé por vencida. Yo he aprendido a apostar a mí, a mi potencial como madre, como emprendedora y como mujer.

 

7.     Creativa hasta la tambora

He tenido que ponerme creativa con tantas cosas! Y no hablo de manualidades (acabo de soltar una risa nerviosa de solo leer eso que escribí). En mi caso al tener que estar viajando tanto con la condición de salud de mi hijo Rodrigo, atravesar una pandemia mundial, incursionar en el homeschooling (integro grito desesperado) he tenido que ingeniármelas para producir dinero para mantener a mis hijos, para mantenerme a mi misma y poder suplir las necesidades de los tres mientras también cumplo mis demás roles como madre. No es fácil pero lo pude lograr y todo gracias a mi enorme creatividad!

 

8.     He aprendido a pedir ayuda cuando la necesito

Pudiera escribir todo un libro sobre el orgullo, pero honestamente si quieres sobrevivir en este trayecto de ser madre soltera, debes aprender a soltar a veces y a poder pedir ayuda. Ayuda para cuidar tus hijos, para delegar ciertas cosas o tareas, ayuda hasta para que te escuchen desahogarte en esos días difíciles. Es muy importante tener una red de apoyo, ya sea gratis o pagada si tienes la posibilidad, en quien delegar ciertas cosas. Somos súper madres no inmortales.

 

9.     He aprendido a vivir y disfrutar el trayecto

Yo era la reina de la planificación. Planificaba mis viajes uno y dos años antes. Planificaba fiestas, eventos, cenas, estudios, todo. Pero el diagnóstico de Rodrigo y esta pandemia del 2020 me han enseñado que a veces no es el destino final lo importante, sino el trayecto. A veces pasan cosas y eventos que cambian nuestro trayecto y debemos aprender a fluir. Vinimos a este mundo a tratar de ser felices, y cada obstáculo que se nos presenta no puede destruir nuestro mundo y hacer que se venga abajo. Definitivamente solté el control que tenia (que creía que tenia mas bien) sobre nuestro futuro y le encuentro el aprendizaje a cada cosa que sucede. A ser feliz, quizás no todo el día pero sí todos los días.

 

10.  Aprendí a reconocer que antes de ser madre, soy un ser humano

Antes de tener mis hijos yo ya existía. Era este ser humano lleno de miedos, esperanzas, metas y objetivos. Amaba, vivía, disfrutaba, me molestaba, me deprimía. Aprendí a perdonarme, y a perdonar a los demás. A no olvidarme de mí, a ser yo conmigo y con los demás, incluidos mis hijos. A pedir perdón cuando cometo errores o pierdo la paciencia, y a perdonarme a mí misma y no torturarme por cosas que a veces no tienen solución. A sentir, a vivir, a amar de nuevo.

 

11.  Aprendí a encontrar el balance perfecto

 Y ese balance es el que me funciona a mí, a nosotros como familia. A trabajar, a cuidar de mí y de mis hijos, a enseñarles sobre la vida, a educarles. a estudiar, aprender cosas nuevas, pero también a descasar, a fluir, y a no estresarme cuando el plan no puedo llevarlo a cabo como lo quería. Mi lema es “mañana será otro día, y será mejor”. Y casi siempre lo es.

 

12.  Tuve que aprender a poner limites

Aprendí a poner limites, y no solo a mis hijos, sino a los demás. A mi familia, a mis amigos, a mis clientes, a mis conocidos. Aprendí a decir que no cuando eso que me piden me causa dolor, me incomoda, me hace daño o simplemente me afecta de alguna manera. Aprendí a alejarme de aquellas personas que no causan un efecto positivo en mi vida, o cuestionan mis decisiones o se molestan por mis logros. Me alejé de todo aquel que tenga una actitud tóxica, que me causa o problemas o me satura de inconvenientes sin necesidad, pues este sentimiento no es permitido en mi vida. Al principio es difícil, pero luego llega la paz y uno se siente liberado al no tener que dar explicaciones, rendir cuentas, a dejar de asentir mientras critican cada paso que das. Es liberador.

  

13.  Me convertí en una fiera

No hay nada que no haría por mis hijos. Cada paso, cada centavo que gano, cada sacrificio, al final es para ellos, mi legado es para ellos, mi trabajo, mi pasión, mis ganas de ser mejor persona, mejor madre, mejor ser humano, es para ellos. Para que con mis enseñanzas ellos puedan también ser mejores seres humanos y lograr un impacto positivo en este lugar tan complicado que llamamos tierra.

Y tú, qué cualidades tienes ahora como madre soltera? Cuéntame en los comentarios que quiero leerte.

Gracias por leerme, nos vemos en la próxima.

Claudia Espinal

Soy Claudia Espinal, y en mi blog te cuento mi experiencia como mujer y madre, amante de la cocina, como artista y emprendedora, y con el cual encontré mi propósito: enseñarles a otras mujeres a como poder convertir tu pasión en un negocio rentable y a poder llevarlo a cabo desde casa.

https://www.claudiaespinal.com
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